martes, 30 de julio de 2013

Sé que la echas de menos.

Sé que la echas de menos por cómo no me besas a mí.
Sé que es una ironía de la vida que me la está jugando otra vez.
Sé que esto sólo lo cura el tiempo. Pero el tiempo no se cuela entre nuestros besos y queda mal herido con el olvido,  olvidando las heridas de nuestro tiempo.

lunes, 29 de julio de 2013

No puedo, lo siento.

Por motivos como hoy  a las nueve y media soy incapaz de serlo. Porque me hundo si te hundes y la razón es otra persona. Porque veo que no he visto nada cuando creía entenderlo todo. Porque yo jamás fui un pensamiento, un "quizás" o un "¿por qué no?". Yo no entraba en ese pequeño espacio llamado corazón y condicionado por recuerdos y una puta casualidad. Ahora lo veo todo más claro, pero más negro.
Hoy creías que lo he sido. Hoy sé que jamás lo seré.
No puedo, lo siento.

viernes, 19 de julio de 2013

Anulación. La última carta.

Soy humana y como todos he cometido demasiados errores. Pero también supe arrepentirme, pedir perdón e intentar curar las heridas. Como todos los humanos he matado sentimientos antes de que ellos me mataran a mi, salpicando de rajas mi alma. He reído, y he llorado casi tanto o más que tú. Pero nadie estuvo ahí para verlo, a diferencia de ti. Nadie me apoyó, nadie dejó a un lado mis cagadas para abrazarme. Ni una sola persona te puso encima la etiqueta de monstruo.
Ni si quiera las de hoy, aunque soy bien consciente de que saben de sobra cómo me he ido consumiendo poco a poco por ti, por una causa sin un fin razonable, adquerible. Y a pesar de que yo podía enfrentarme a toda esa gente que nos rodea, tú decidiste que no, que era preferible coger lo mejor de mi y esconder el resto. Era mejor ocultar que aclarar. Era mejor follar que enfrentarse. Pero, ¿mejor para quién?
Has decidido abandonar y ni si quiera serás capaz de desahogarte con tus amigos porque no deben saber nada. Te quitas el peso de no tener que esconder tu futuro, pero sigo estando en tu pasado.
Sé que todo el mundo comete errores, sé que me quieres... Pero también sé que antes que yo hay mil personas más, que si, que también lo dan todo por ti, pero no creo que nadie estuviera dispuesto a hacerlo todo desde un rincón escondido de tu vida.
Me importa una mierda que lo sepan o no, pero no es razonable dejar de vivir para que nadie se entere.
Y hace dos años y cuatro meses me enamoré de la única persona que he conocido porque sólo tú sabías tratar a un humano como un dios, besar unos labios como si bebieras del elixir de la vida, y cuidar de una persona como si fuera tu propia vida. Eras capaz de enfrentarte a cualquier cosa por lo que querías.
Quizás fui yo la que ha jodido ese chico de hace dos años, quizás no se puede esperar un todo cuando ya lo tuve y decidí no quererlo. Pero una relación es de dos, y los humanos somos bastantes inteligentes para vivir en simbiosis, y no como presas y cazadores.
Siempre supe que el sentir amor era el mayor defecto de la naturaleza, pero yo pensaba que sentirlo por ti me hacía creerme hasta mejor persona. Pero no, te has saltado todos los detalles, no supiste mirar más allá de mis sábanas y desayunos. No mirastes todas mis cartas, no miraste tu acera, te negaste en rotundo a creerme cuando te decía que sólo estabas tú. Ahora ya es tarde, a lo mejor no te he querido como lo han hecho otras, pero te he amado a mi manera.
Me he desquiciado sin saber que hacer porque en todos los caminos veía un muro sin salida que me hacía volver atrás.
Me acuerdo cuando nuestro unidor me dijo que volviera a mirarte con los ojos que te miraba, yo le contesté que no quería arriesgarme a volver a hacerte daño. Y hoy me alegro en cierto modo de cómo han acabado las cosas, de como en el presente he limpiado todos los errores del pasado, y, aunque respecto a ti no haya servido para nada, respecto a mi ha servido para perdonarme, para ver que he crecido y que jamás fui tan hija de puta, sólo fui una niña.
Quiero despedirme diciéndote que, encuentre o no encuentre a alguien, no me tratará así. No lo permitiré igual que no he permitido ningún maltrato más. Que me cuidaré cuando vuelva a encontrarme y que gracias por todo, supongo. No sé, estoy dolida y soy incapaz de ver lo bonito de esta no historia. Decirte también que, cuando la encuentres, y sólo cuando sepas que es ella, no la sueltes nunca. Si hace falta date de cabeza contra la pared una y otra vez para verla sonreír, para conseguirla. Hazlo todo, absolutamente todo por ella, y jamás de te dejes influenciar.
Aprende de los errores mirando siempre hacia adelante.
Y aunque tú y yo nunca nos entendimos, nunca te guardaré rencor. Ya nos veremos en ambientes menos comprometidos para ti, menos intensos para los dos.
Móstoles a 19 de Julio de 2013
Nat.

jueves, 18 de julio de 2013

Amargo como un cigarro.

Amargo como un cigarro supo nuestro último beso,
amargo como saber que aún sin nacer nuestra relación estaba muriendo.
Supo a poco lo que fue demasiado,
pero todo se nos fue de las manos, extasiados.
No supimos hacer nada bien,
el pasado consta de ello,
el presente también, que
se ha esfumado, es un destello.
Y si mañana me iré,
y si pasado volveré,
al día siguiente no recrearé,
no caeré, no fallaré.
No te preocupues, amigo,
no volveré a fallar lo que contigo he aprendido,
ni si quiera pensaré que esto es un castigo
por no aprovechar todo lo no vivido, contigo.
Y llegarán otros besos,
otros momentos, deseos,
fallos y excesos,
caídas y lamentos.
No por ello te olvidaré,
sólo vamos a cambiar la forma de verlo,
de sentirlo. Me levantaré
siendo consciente de aquello
que fue nuestro, de lo que amé,
de lo que pudo ser, o eso creo.
No sé ni por qué escribo esto,
todo queda dicho, el resto,
no importa, ya lo sabes,
te quiero como a nadie.

Va de castigos y destino.

Va de que hasta la mayor acción errónea viene de una persona. Y las personas somos sentimientos envueltos en piel.
Va de que los sentimientos no pueden esconderse y las personas tampoco deberían hacerlo. Inventar una realidad incierta es un fracaso. Ocultar una persona es una gran mierda. Es intentar esconder el mar bajo piedras.
Es ser cobarde. Egoísta. Es elegir ante todo nuestro propio bien, es huir de la batalla que tendríamos que ganar contra la sociedad para poder vivir la realidad. Para poder vivir de nuestros sentimientos, ideas y religión.
Si intentas esconder algo, cuando vuelvas la mirada preocupado por que no te vean, te habrás quedado sin nada.

viernes, 12 de julio de 2013

Va de paranoiarme de ti.

Con tu olor todavía en mi cama me pregunto porque no sigues rozando mi piel.
Me pregunto como soy capaz de disfrutar de este nuestro paraíso sabiendo que tiene caducidad, y saldré desterrada cual Eva llena de pecados y muchos sin cumplir.
Me siento con nuestro veneno por las venas, estoy tan drogada de esto que no me duelen ya las heridas.
Me preguntas que "¿Por qué tú? Quiero responder con un "¿Por qué no nosotros?" Algo anda creciendo dentro y puede que me engañe, pero es recíproco este aliento. No sé cómo expresarme, jamás lo besos me sirvieron para tan poco. Haciéndonos el amor me encuentro en mi hogar, nada malo puede pasar si nos escondemos tras las sábanas. Por eso nos necesitamos. Encontrar una persona que te de ese cobijo, ese último aliento que nos falta no pasa dos veces en la vida, y a mi me acaba de llegar contigo.
Podría intentar escribirte una canción. Podría coger cada trocito que me recuerda a ti de las ya existentes. Pero te tengo tan cuidado que mi religión me prohibe apenas retratarte. Eres inalcanzable aún teniendote en mis brazos en cada renacer.

jueves, 4 de julio de 2013

Va de (recuerdos) revivencias.

Hoy he leído en una revista de psicología que el cerebro no entiende como tal el concepto de "recordar". Es decir, el cerebro no actúa recordando, si no reviviendo el momento. El cerebro piensa que eso que nosotros llamamos "recuerdos" son las cosas que están pasando aquí y ahora. Las revive. Vuelve a liberar las mismas hormonas que liberó cuando pasó en realidad. Vuelve a sentir la misma ansiedad, el mismo cosquilleo. Y esas hormonas van por toda la sangre alimentando a las células que poco a poco, reviviencia a reviviencia se hacen drogodependientes. Y cuando las células necesitan su pequeña dosis, el cerebro busca escusas para volver a revivir el momento y fabricar las hormonas.
Escusas como esa fecha.
Escusas como montar las letras.
Como pensar que has vuelto y no, no estás.
Soy drogodependiente.
De nuestras revivencias.

miércoles, 3 de julio de 2013

Va de lápices y borrones.

Hoy me ha dado por pensar qué mal se me dio siempre borrar. Borrar mis errores. Borrar un trocido de vida.
Como cuando era pequeña y debía entregar un dibujo bonito a la profesora. Empezaba con el lápiz más bonito, el que más me gustaba. Empezaba el dibujo ilusionada porque creía tener el mejor lápiz del mundo y un minuto después, me daba cuenta de que un sol no lo podía pintar de rosa. Y tenía que borrar. Apretaba la goma contra aquel círculo con sonrisa una y otra vez, con tanta fuerza que a veces hasta se partía la goma. Pero siempre quedaba un rastro de pintura rosa. "No importa"-pensaba,-"pintaré encima con el amarillo y no se notará". Pero un error jamás se puede poner sobre otro.
Y entonces continuaba muy poco preocupada ya que un error lo tenía cualquiera y el dibujo iba a quedar precioso a pesar de aquel pequeño rastro de rosa. Y entonces cogía un verde precioso que también me encantaba y pensaba que el jardín de la casa iba a quedar perfecto con aquel color. Y apollaba la punta del lápiz sobre el folio ilusionada y, a la hora de la verdad, cuando pintaba, no era el mismo color de la envoltura de aquel trozo de madera. Era un verde mucho más feo de lo que quisiera tener en mi dibujo e intentaba borrarlo desesperadamente. Otro manchurrón verde se quedó en el folio sin poder ser borrado.
Más tarde, al pensar en el tejado de la casa miraba el bote de pinturas. Yo quería coger el lila, porque me gustaba mucho, pero pensaba que quizás sería mejor coger un marrón o un rojo para el tejado a pesar de que a mi no me convencía mucho. Todo por buscar coherencia en un dibujo lleno ya de manchurrones. Cogía el rojo con precaución ya sobre si pintaría igual que su envoltura por el accidente anterior y comenzaba a pintar. Y pintaba digustada porque el rojo no me gustaba y me estaba forzando a pintar con ese color. Y cuando quería borrarlo todo y volver atrás, no había lila que ocultara del todo su anterior presencia.
Y luego miraba el dibujo: estaba lleno de manchurrones que lo hacían más feo de lo que era. Y comprendía que me tomaba tan enserio dibujar que apretaba tanto los lápices contra el folio y luego no podía borrarlos.
E intentaba comprender que era mejor no intentar hacerlo tan bien, no apretar tanto de los lápices, no confiarse de los colores...
Pero entonces, dejé de pintar.

martes, 2 de julio de 2013

Si lo miras y lo ves, que no te parezca tan triste.

Si miras todos estos días desde otra perpectiva, si ves todo lo plasmado... Si lo miras y lo ves, que no te parezca tan triste.
No odiaría algo más que compasión por mi. Puede que me sentara peor que este silencio: las palabras huecas de sentido sólo me impiden concentrarme en olvidar.
Que no te parezca tristes las lágrimas perdidas, ni los malos hábitos sobrepasados. No confundas mi tristeza con tu cotidiana alegría.
Si miras, gracias. Si lo ves, calla. Calla porque jamás vas a decir lo que me gustaría oír, y sinceramente, no estoy preparada para salir de mi pequeña cueva, las heridas el aire fresco las infesta.
Puedes leerlo y pensar. Puedes leerlo y pasar. Puedes no leerlo, es una opción. No te pega, pero las cosas cambian y no dejo de repetirmelo.
Mañana será otro día. Y pasado mañana será un buen día. Esto que califico como "absurdo", esta tontería se me pasará pronto, yo misma arrancaré las garras y las espinas que no permitiré que se queden dentro. Y entonces, seré como tantas veces quise ser: no más lloros, no más preocupaciones, no más tener que olvidar. No más amar.
Porque las cenizas quemadas, se convierte en polvo fino. Y el polvo fino, no vuelve a prender.
Y yo, querido, soy el viento que hará volar toda esa mierda negra aparcada en los álbumnes viejos de mi vida.