lunes, 25 de agosto de 2014

Octavo.

Caricias que suben y bajan. Mi cintura. Sonrisas que esconden intenciones. Retos. Despedidas. Bienvenidas. Suspiros. Gemidos. Camas. Ganas. Coches. Lugares. Recuerdos. Enfados. Besos. "Yo soy para él". "Él para mi no". Errores. Quizás más que aciertos. Drogas. Resacas. Cuerpos muertos. Abrazos. Música. Mucha. "No me conozco". "Por fin sé quién soy". Esperar. Recibir. Dar. "Cómeme entera". "Fóllame, joder". Sí. No. Sí. No. Hoy. Mañana. Ayer no.
QUE NUNCA ACABE EL OCTAVO.

miércoles, 13 de agosto de 2014

De subir al cielo, follando en el suelo.

Tengo ganas.
Ganas de hacer el amor y esas cosas. De contarnos que la vida no es de color rosa, pero le ponemos empeño en darle destellos. De mirarnos y reírnos, porque no tenemos nada que decirnos y no importa, me vale tu sonrisa. Y los suspiros, con sabor a "no sé que te pasa, pero te abrazaré lo más fuerte que pueda". De discutir, gritarnos e incluso llorar, y darnos cuenta de que quizás no quisimos entender al otro y deberíamos ponernos en su lugar. Porque contigo me voy a cualquier parte. De escuchar música y descubrir nuevos gustos, nuevos mundos. De crecer, aprender. De subir al cielo, follando en el suelo. De hoy por ti y mañana también. De dejarnos llevar, perder la cabeza y volvernos un poco más locos, buscando planes poco cuerdos. Pero átame a la cama. Déjame mil recuerdos, marcas en el cuello. Y arráncame el corazón que si no es tuyo, no lo quiero.

sábado, 9 de agosto de 2014

Noches que no dejo de ladrar.

Hay días que me sorprenden y noches que no dejo de ladrar.
Días que me siento tan perdida,
que desconfío en quién confiar.
Noches que hago locuras,
buscando mi puta cordura.
Que todo me supera,
que me guardo lloreras,
que quiero descansar
y no me vale con cerrar
los ojos, enquistados
para ver la puta realidad,
llorando.

viernes, 1 de agosto de 2014

Que hoy, el amor, lo quiero hacer contigo.

Acariciame con la yema de los dedos mi piel, erizada. Provócame mil sensaciones, hazme temblar.
No me dejes caer dormida, cariño, quiero estar despierta y no perderme ninguna mirada y su brillo en mitad de la madrugada. Ni tampoco cada sonrisa cómplice de que algo está a punto de pasar.
Quiero que mi insomnio lleve tu nombre y la prueba sean las marcas de tu espalda.
Bésame el pecho y aférrate a mi latido,
que hoy, el amor, lo quiero hacer contigo.